De amor y otras tonterías - Parte 1: Inocencia

Antes de empezar:
Siempre quise hacer una historia, mezclando un poco (o mucho) de mis experiencias, con una que otra alucinada mía, y creo que ha llegado el momento de hacerlo.
Para que tengan una referencia, sería algo parecido al conocido blog y libro "Busco novia".
En realidad me encantarían sus comentarios, aunque sea para decir, tu historia es muy corta, o muy larga, o le falta esto, o le falta aquello. Prometo tomarlo como un sano consejo para ir mejorando las futuras historias.
Así que sin más que decir, veamos que surge.
PD: Obviamente todos los nombres vertidos en la historia serán cambiados para evitar inconvenienes

Inocencia
"¿Quieres ser mi enamorado?", fue la frase que empezó todo, la frase que abriría la puerta de un mundo inimaginable y hasta ese momento, totalmente desconocido.
Un niño de 11 años estaba siendo directamente confrontado hacia una realidad que para el no existía mediante una respuesta que realmente no esperaba.

A las 10.30 de la mañana de aquel miércoles, como todos los días sonó el timbre del recreo, momento esperado a más no poder de todo niño de 6 grado de primaria, al parecer sería todo igual que siempre, salir para hablar con los amigos, comprar algo en el quiosco, jugar a las infaltables encantadas, entre otras cosas.

Derrepente sucedió algo, que aunque no era extraño de por si, me causó bastante intriga.

María: Hola César
Yo: Hola!, como estás
María: Bien, aunque...
-Era la primera vez que sentía duda en ella, estaba acostumbrado (a pesar de su corta edad) a encontrar ideas concretas en María, siempre decía lo que tenía que decir, y digamos que siempre lo decía de una manera bastante clara.-
María: ... quiero hablar contigo, crees que puedas?
Yo: Amm, pues... dime, que pasó?
María: No creo que deba ser aquí, te parece si vamos a las escaleras del teatro?
-El patio del colegio era bastante grande, aproximadamente unas tres canchas de basquet una puesta al costado de la otra, además, el hecho de estudiar en uno de los colegios más caros y "prestigiosos" de la ciudad, permitían que tengamos un teatro en en un segundo piso, el cual tiene dos entradas, una que es bastante grande, por donde normalmente ingresa el público en general, y otra un poco más pequeña que une a los camerinos, con el escenario del teatro, creado (obviamente) para un rápido acceso de los actores.-
Yo: Sí claro, vamos.
Llegamos a las escaleras que llegaban directamente hacia el teatro, y sentí que algo no estaba del todo bien, había algo extraño en el lugar, normalmente dichas escaleras estaba repleta de gente, sobretodo, por los chicos que tenían pareja, ya que era un lugar bastante "secreto" y además, no se escuchaba mucho la bulla de la chibolada que estaba en el patio, pero esta vez, estaba completamente vacío.
Yo: Asu, que raro que no hay nadie.
María: Sí pues... pero a la larga mejor.
Yo: Sí, imagino que tienes razón. Pero dime... que pasa?
María: Pues... en realidad... amm como te lo digo...
Yo: (usando frases de mi familia) La manera directa, normalmente es la mejor
María: Eso es lo que pasa, hablas como si fueras un chico que no parece de 6º, pareciera que fueras de más, y en realidad eso me gusta.
Yo: A sí? nadie me lo había dicho antes
-Tenía una ligera impresión de lo que estaba sucediendo, saqué conclusiones rápidas tomando en cuenta de que estaba algo nerviosa, había dicho que le gustaba algo de mi y además, considerando las "heroicas narraciones" de mis amigos cuando contaban sus experiencias con chicas, me di cuenta que toda la situación coincidía bastante, pero nunca me había pasado por lo que no estaba del todo seguro, además, ella fue la que tomó la iniciativa, así que consideré mejor dejarla seguir con su iniciativa-
María: Sí, en realidad que sí, y no es solo eso, me gustan muchas cosas más en ti.
Yo: Amm pues en realidad no se a donde quieres llegar, pero gracias por el cumplido.
María: Sé que no lo vas a hacer tu, así que creo que da igual que lo haga yo... ¿Quieres ser mi enamorado?
-Un viento helado me recorrió todo el cuerpo a pesar de que sabía que algo así podía pasar, nunca había visto a María como algo más que una amiga, para ser sincero, mi ilusión y musa era Karen, la típica niña proveniente de familia acomodada y por la cual todos los chicos se peleaban, pero ya que se me estaba dando la oportunidad con Karen... pues no tenía demasiado que perder, así que...-
Yo: En realidad nunca he tenido enamorada, tendrías que enseñarme -Una de las frases más estupidas que recuerdo haber dicho en mi vida.
María: -sonriendo casi al borde de la risa- No te preocupes, yo te diré que hacer.
Yo: Está bien, entonces desde hoy somos enamorados
Si hubiera tenido una cámara, me hubiera gustado saber cual era la expresión de mi rostro, pero dentro de mi, sentí que tenía una sonrisa que no podía albergar dentro de mi cara.
María: Si, muero por contarle a mis amigas.
Yo: -Por inercia- yo también quiero contarle a mis amigos...
-Y aquí viene, una de las top 5 frases más estúpidas dichas en mi vida-
Yo: Este... y... te puedo dar un beso?
Gracias a Dios, mi ingenuidad le parecía bastante tierna, por lo que no dijo nada, si no que cerró los ojos y vi como su rostro se acercó más y más hasta que sus labios tocaron mis labios y dos segundos despues, vi como ella volvía a su posición normal.
Como entenderán, yo estaba totalmente estupefacto, y solo trababa de seguir sus ojos con mi mirada. Una vez terminados los 4 segundos de magia, interrumpió mi estado de trance con un...
María: Vamos al patio, quiero hablar con mis amigas.
Yo: -Todavía recuperandome del estado de trance- está bien... vamos.

A los 3 o 4 minutos de bajar al patio, sonó el timbre del fin de recreo, así que cada uno de los 2 fuimos a nuestro respectivo salón, obviamente acompañandonos hasta el 3º piso y siempre tomados de la mano.

Esa tarde, al llegar a mi casa, no pude hacer tareas, no pude ver televisión, no pude hacer prácticamente nada, es más, en la noche ni siquiera pude dormir, sentía sus labios en mis labios, sentía su respiración, su aroma, no podía sacarme de la cabeza su pelo negro y su tez blanca, si mal no recuerdo creo que dentro del poco tiempo que pude dormir, hasta soñe con ella.

La magia se había realizado y hasta ese momento, en definitiva no había pasado nada en mi vida tan interesante como ese día.


Ese primer beso, nunca más se volvió a repetir, solo nos encontrabamos en el recreo, nos rozabamos las manos, y un beso volado al despedirse cuando la venían a recoger, era lo que alimentaba nuestro "amor"

Lastimosamente la "magia" no duró demasiado, a las 2 semanas, me dijo que estaba viajando a Japón porque su papá había conseguido trabajo ahi así que no ibamos a poder seguir siendo enamorados.

Lo extraño es que no me sentí mal por la despedida, creo que me quedé en un estado de "normal", pero no sentí ninguna tristeza ni nada que se le parezca.

Hasta el momento, no he vuelto a saber de ella, pero espero que el destino nos vuelva a reunir, al menos para poder recordar esos tiernos momentos.

Saludos

2 comentarios:

Hiyalri dijo...

muy lindo =) de veritas de veritas. Me encanto el final.

César Bravo Alvarado dijo...

Muchas gracias por el comentario Johanna ;)

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